Por segundo día consecutivo, la mañana del jueves los agentes federales de inmigración llevaron a cabo operativos en La Villita, deteniendo al menos a cinco personas, entre ellos un estudiante de secundaria, y lanzando gas lacrimógeno a decenas de manifestantes que se habían congregado en el lugar.
Encabezados por el comandante de la Patrulla Fronteriza (CBP), Gregory Bovino, los agentes federales llegaron al vecindario del suroeste, que es el corazón de la comunidad mexicana de Chicago, en una caravana de vehículos SUV, lo que llevó a los residentes a publicar fotos y videos en las redes sociales y a usar silbatos afuera para advertir a los vecinos de su presencia.
La agresiva campaña de deportaciones del presidente Donald Trump ya ha afectado la vitalidad del vecindario, que por lo general es muy animado, desde su toma de posesión en enero, y particularmente en el último mes y medio durante el “Operativo Midway Blitz”.
Sin embargo, la llegada masiva de agentes federales a La Villita y al suburbio de Cicero esta semana ha renovado los temores y elevado las tensiones. Los agentes de inmigración realizaron múltiples arrestos en el vecindario y en Cicero la mañana del miércoles, culminando en un choque que atrajo a manifestantes indignados al lugar.
El jueves, los manifestantes se reunieron rápidamente cerca de la Discount Mall en las calles 27th y Whipple, gritando a los federales que abandonaran su vecindario.
Se vio a agentes vestidos con equipo de camuflaje de estilo militar y máscaras de gas lanzando gas lacrimógeno y rociando pimienta a los manifestantes durante la confrontación.
Los agentes detuvieron a por lo menos dos adolescentes, dos mujeres y un hombre antes de subirlos a camionetas y huir. Una mujer declaró a una reportera del Chicago Sun-Times que era ciudadana estadounidense antes de ser subida a la camioneta.
Al menos uno de los adolescentes detenidos es estudiante de la Academia Comunitaria Benito Juárez, según una fuente de la secundaria que pidió permanecer en el anonimato por no estar autorizada a compartir información. Un maestro de Juárez indicó que el joven tiene 16 años, es junior de secundaria y es ciudadano estadounidense. Las autoridades de las Escuelas Públicas de Chicago no hicieron comentarios de inmediato.
Baltazar Enriquez, presidente del Concilio Comunitario de La Villita, dijo que los agentes federales de inmigración parecían haber llegado al vecindario sin “ningún plan”, intentando entrar al centro comercial antes de darse la vuelta al percatarse de que estaba cerrado. Fue entonces cuando se encontraron con residentes que se movilizaron rápidamente, dijo.
Un video publicado en redes sociales mostró a agentes federales agarrando al muchacho de una banqueta y tirándolo al suelo, mientras un agente se arrodillaba sobre él y lo esposaba.
“¡Es un niño!”, gritó repetidamente un transeúnte a los federales. “¡Están cometiendo un error!”
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que supervisa a ICE y a la Patrulla Fronteriza, no respondió de inmediato a las preguntas, incluyendo sobre el arresto de menores.
Enríquez dijo que Bovino fue la primera persona en lanzar una lata de gas lacrimógeno.
“Le dije que no la lanzara porque solo iba a provocar a la gente, pero sonrió y la aventó de todos modos”, dijo Enríquez.
Enríquez publicó en Facebook un video transmitido en vivo desde el lugar de los hechos que tuvo casi 400,000 visitas. Se le escucha a él y a otros gritar “¡gas lacrimógeno!” en inglés. Un hombre gritó “¡Patéenla!”, refiriéndose a la lata.
Enríquez acusó a Bovino de intensificar un ataque “orquestado”.
“Se siente por encima de la ley y que puede hacer lo que quiera sin consecuencias”, dijo Enriquez. “Pero lo único que ha demostrado es que no tiene ni idea de lo que hace”.
La jueza federal de distrito Sara Ellis declaró esta semana que Bovino tendrá que declarar en una demanda por el trato que los federales le dieron a los manifestantes. El jueves, Ellis amplió a cinco horas el tiempo permitido para que Bovino declare, después de haberlo limitado previamente a dos, y dijo que quiere saber sobre el uso de la fuerza por parte de los federales en La Villita el miércoles y el jueves.
En la mañana, el representante estatal Edgar González estaba en su casa cuando fue alertado sobre el regreso de los agentes federales de inmigración al vecindario, a tan solo un par de calles de distancia. Salió corriendo y caminó hacia el estacionamiento del centro comercial, donde varios agentes federales se encontraban en un enfrentamiento con los residentes.
“Las personas intentaban alejar a los agentes de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y luego lanzaron gas lacrimógeno”, dijo González.
El gas lo obligó a alejarse hacia un parque cercano. Cuando regresó hacia los agentes, González dijo que vio a una mujer y a dos niños pequeños siendo esposados.
“No sé por qué estaban siendo detenidos, pero eran ciudadanos estadounidenses”, compartió.
El enfrentamiento entre los agentes y los manifestantes se tornó tenso cuando González contó que los oficiales comenzaron a empujar a la gente. Se vio a algunos manifestantes lanzar botellas de agua de plástico y grava a los agentes y sus vehículos.
Un vehículo utilizado por los agentes federales —una camioneta Dodge sin marcar con placas de California— fue pintada con marcador y tenía una llanta ponchada. Otros tenían las ventanas rotas.
“Es una reacción normal querer resistir y estar enojado”, dijo González. “Yo también estoy enojado. Pero necesitamos recordar no caer en la trampa”.
“Me enfurece verlos llegar a nuestro vecindario y aterrorizar a nuestra gente”, enfatizó González, quien creció en La Villita. “Pero es bueno ver tanta movilización de la comunidad”.
Finalmente, un grupo de oficiales de la Policía de Chicago llegó al lugar e intentó interponerse entre la multitud y los agentes federales. Los policías de Chicago parecieron detener a una mujer y meterla en un auto patrulla.
El Departamento de Policía de Chicago (CPD) declaró haber respondido a múltiples llamadas al 911, incluyendo una de agentes federales que necesitaban asistencia.
“Al llegar, los supervisores y oficiales de CPD observaron una gran multitud y trabajaron para desescalar”, declaró el departamento en un comunicado. “Los oficiales de CPD solo estuvieron en el lugar para mantener la seguridad pública mediante el control de multitudes y el control del tráfico. Los oficiales aseguraron el área y la abandonaron una vez que se despejó de forma segura”.
La policía de Chicago confirmó el arresto de una persona y los cargos pendientes por presuntamente “agredir a un oficial de CPD”.
Esta es una historia en proceso. Por favor, regresa después para más actualizaciones.
Contribuyeron: Adriana Cardona-Maguigad, Sophie Sherry, Jon Seidel





























