DETROIT — Era el primer día de entrenamiento de primavera de los White Sox y Jonathan Cannon tenía dificultades con su cambio de velocidad. El lanzador derecho, quien lanzó 339 cambios el año pasado, no encontraba la sensación adecuada y lanzaba de manera dispersa. No entendía la desconexión.
Su frustración aumentaba a medida que el lanzamiento seguía yendo hacia él. Al percibir la frustración de Cannon, el veterano abridor Martín Pérez se acercó al montículo para darle un consejo.
“Lancé mi cambio a unos 90 pies, simplemente luchando”, declaró Cannon al Sun-Times. “No se mueve, como si flotara. Me pregunto: ‘¿Qué pasa?’. Y él simplemente sale y ajusta un poco el agarre, y al final, se movía. Tener esa presencia tranquilizadora, y alguien que lo ha hecho durante tanto tiempo, es muy beneficioso para todos nosotros”.
Además de su valor en el campo, Pérez también es un mentor y líder en los vestidores. Pérez es una persona reservada y de voz suave; no son precisamente las características que uno asociaría con un líder. Pero gracias a su historial de éxitos y reveses, se ha convertido en un recurso valioso para lanzadores jóvenes como Cannon, Sean Burke y Davis Martin.
Esta temporada se trata de mejorar para los Sox, y si Pérez logra asemejarse al lanzador que fue en 10 juegos con los Padres la temporada pasada (3.46 de carreras limpias en 10 aperturas), es probable que sea un objetivo de intercambio popular para una organización en la incesante búsqueda de lanzadores en el deporte.
Pero mientras esté aquí, Pérez quiere compartir su sabiduría con los jóvenes de los Sox. Cuando Pérez irrumpió en las Grandes Ligas con los Rangers, se refirió a Netali Feliz, Matt Harrison y Derek Holland como los jugadores que lo acogieron. Pero es debido a que sus padres crecieron en Venezuela que quiere dejar una huella imborrable en los jóvenes de los Sox.
“Soy un buen compañero de equipo porque eso es lo que soy”, dijo Pérez al Sun-Times. “Eso es lo que mi mamá y mi papá me enseñaron en casa”.
Su padre, Martín, y su madre, Leida, eran taxista y empleada de limpieza escolar, respectivamente. Cada fin de semana, sus padres lo llevaban de 4 a 5 horas lejos de su ciudad natal, Guanare, para entrenar y jugar. No tenían mucho, pero siempre encontraban la manera. Su falta de egoísmo y cariño eran algo que el joven Pérez percibía con admiración, al igual que la generosidad de los vecinos.
“Un par de ocasiones nos quedamos sin dinero y tuvimos que hablar con el vecindario: ‘Oigan, necesitamos dinero; ¿nos pueden dar un poco y luego les pagamos con mi próximo sueldo?’”, dijo Pérez.
“Eso es algo que siempre tengo presente, porque no fue fácil para mí ni para ellos darme la educación, el equipo y el apoyo cuando era niño”, contó.
Pero no fue sólo la donación monetaria lo que llamó la atención de Pérez. Fue la amabilidad y sinceridad que mostraron sus padres una vez que ganó lo suficiente para mantenerse. Pérez dijo que se fue de casa a los 14 años de edad. Sus padres lo llamaban constantemente para ver cómo estaba.
También estaban ahí para reprenderlo si se alejaba demasiado del hombre que lo criaron para que fuera.
“Cuando hacía algo mal o decía algo que no tenía que decir delante de ellos, me decían enseguida: ‘No nos importa quién seas, no nos importa cuánto dinero ganes, pero tienes que mostrar respeto’”, contó. “Esas son cosas que siempre tendré presentes porque uno no puede olvidar de dónde viene”.
‘Sólo quiero que escuchen’
Pérez tiene un toque sutil al dar consejos, principalmente porque así le funcionaba con los Rangers. Escuchaba a todos, pero sólo se quedaba con lo que creía que le funcionaba mejor.
Tras una actuación poco eficiente de Burke contra los Twins, Pérez se acercó al joven lanzador derecho después de que Burke le permitiera un par de jonrones con su slider en la derrota de los Sox por 6-1.
“Me dijo después de mi último juego: ‘Tengo algo para ti’”, declaró Burke al Sun-Times. “Saber que está atento a mis juegos y que quiere que mejore significa mucho para mí”.
Lo que también destaca para los compañeros de Pérez es su habilidad para lanzar. Pérez no tiene éxito con una velocidad abrumadora. La habilidad y la astucia son características de su arsenal.
“Es como un cirujano, lanza a su ritmo y lo hace parecer muy fácil”, dijo Cannon. “No es abrumador para nada, pero se siente abrumador cuando lanza exactamente donde quiere”.
Pérez brilló en la derrota de los Sox por 4-3 ante los Tigres el domingo, lanzando 6 1/3 entradas, permitiendo una carrera, cuatro hits y seis eliminaciones por strike.
Aunque Pérez no estará con los White Sox en su próxima ventana de contienda, espera que su sabiduría ayude a moldear a los jóvenes abridores del equipo y que, a su vez, transmitan su experiencia.
“No importa la edad, se puede aprender de cualquiera”, dijo Pérez. “Tengo mucha experiencia, mucha gente me ha enseñado mucho en este deporte. Sólo quiero que me escuchen y se aseguren de aprovecharla”.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago