Natalia Lafourcade homenajea a sus raíces en su disco y gira ‘Cancionera’ que trae a Chicago

Cuando la cantautora mexicana Natalia Lafourcade comenzó el proceso creativo de “Cancionera”, su décimo álbum de estudio grabado en 2024, lo hizo como una especie de regalo propio para celebrar sus 40 años de vida. Quería ser más introspectiva y sin juicio, analizar su camino personal y musical más que como artista, más como una persona que compone e interpreta canciones populares, lo que se conoce como “cancionera”.

De ahí el título del disco integrado por 14 temas que exploran distintos géneros como el bolero, la ranchera, la cumbia, el tango y el jazz que produjo el franco-mexicano Adán Jodorowsky y que tiene como invitados a los músicos suizo-ecuatorianos Hermanos Gutiérrez, a los españoles artistas de flamenco Israel Fernández y Diego del Morao y al cantautor mexicano El David Aguilar.

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Con “Cancionera”, Lafourcade se encuentra actualmente en gira, misma que comenzó en abril en mayo en México y con la que recorrió durante ese mes y mayo algunas ciudades de dicho país.

En mayo arrancó la parte de la gira por Estados Unidos presentándose en ciudades como Dallas, Houston, Denver, Kansas City, y que la trae de regreso al área de Chicago este 14 y 15 de junio —donde no se presenta desde el 2023 cuando estuvo en Ravinia Festival— para presentarse por primera vez en el emblemático e histórico Chicago Theatre.

Natalia viene con el concepto de “el teatro de la canción” donde se presenta ella sola en el escenario sólo acompañada con su guitarra, invitando a una velada íntima, de desconexión del mundo exterior para conectarse con el interior, con la comunidad.

Luego de sus conciertos en Chicago, Lafourcade continuará con presentaciones en Newark, Boston, Filadelfia, para después estar en Montreal, Canadá y luego cumplir con fechas en julio en España, para regresar a la Ciudad de México en dos fechas en el Auditorio Nacional el 9 y 10 de septiembre y seguir su paseo de “Cancionera” durante septiembre y octubre por Hollywood, San José, Portland, Seattle, Nueva York, Washington, Orlando y Miami.

Dos días antes de su concierto en Chicago, sostuvimos una charla vía telefónica con Natalia Lafourcade en la que compartió con La Voz su visión sobre su misión musical, de vida y la situación actual que vive la población mexicana y latina inmigrante en este país. La entrevista en su versión escrita ha sido editada por propósitos de extensión y consistencia.

La Voz: Hablemos de este regreso al área de Chicago y lo que esta gira de ‘Cancionera’ representa para ti.

Natalia Lafourcade: Obviamente me siento muy feliz, muy contenta y agradecida por todo esto. Sin duda ha sido un enorme paso poder realizar esta gira. Tenía muchas ganas de realizar un concierto a guitarra y a voz en la entrada y celebración de mis 40 años y todo el concepto de “Cancionera” nace desde esa idea y esa intención de justamente quererme encontrar con mi público haciendo lo que más amo hacer pero de una manera distinta, más íntima quizás.

Para mí realizar esta gira está significando mucho porque me permite estar cerca de mi público, desnudar a la canción y hacer algo que me encanta también que es el teatro. Hicimos este concepto que le llamamos “El teatro de la canción” y donde existe una narrativa, existe una historia detrás de lo que hacemos en el escenario [donde] estoy yo sola con mi guitarra, pero estoy acompañada por mi equipo en todo lo que va apareciendo a nivel escénico, en cómo se van manifestando las diferentes “Cancioneras”.

Veo esta gira como una especie de honrar mi camino y a la vez es un homenaje y honrar el camino de muchos cancioneros y cancioneras en el mundo que me han inspirado y, por supuesto, el honor y el orgullo de poder cantar canciones que tienen mucho que ver con mi tierra, con mis raíces, con mi cultura, con la inspiración que absorbo de mi mundo como mexicana, como latina, y poder y sentir que esto lo puedo llevar a tantos corazones y a tantas personas y más en estos momentos.

La Voz: Justo pensaba en eso. Que en estos momentos que se viven en el país con la comunidad mexicana y latina, poder tener encuentros como tus conciertos, nos permiten conectarnos con nuestras raíces y cultura y mostrar lo que aportamos a este país.

Lafourcade: Totalmente, y de una manera en que la música hace su trabajo de formas muy particulares y bonitas en el sentido que conforta, en el sentido que une y baja justamente fronteras y limitaciones, en el sentido de que no hay barreras; la música más bien une humanidades. Eso me da mucho gusto poder hacerlo. El poder pararme en esos escenarios y está resultando que se vuelve como un ritual y levantar el canto y las voces en un entendido siempre de una forma pacífica, amorosa, poder decir esta es nuestra identidad, estos somos nosotros. Toda identidad y toda diversidad en el mundo merece ser respetada.

Para mí [la gira] está implicando una serie de aspectos muy profundos, muy conmovedores y transformadores [al] hacer este camino de la “Cancionera” y poder estar ahí, llegar y cantar para tantas personas. Me siento muy agradecida porque en todos los conciertos la gente viene; imagínate en un contexto y momento en el que estamos viviendo y [los sitios] están llenos de personas. Eso también habla de cómo la música reconforta y la gente necesitamos este tipo de lugares que nos fortalecen, que nos recuerdan del cuidado de nosotros mismos como tribu y como comunidades donde nos podemos reflejar unos con otros y nos podemos encontrar. En muchos sentidos [este momento, esta gira] está resultando muy profundo, con mucho significado el poder estar en esta tierra y poder compartir este teatro de la canción.

La Voz: Sobre el disco, ¿cómo fue volver a trabajar con Adán Jodorowsky y cómo se dieron las colaboraciones, cómo las seleccionaste?

Lafourcade: Trabajar con Adán es un placer y gusto. Somos muy amigos, nos queremos mucho y confiamos mucho el uno en el otro. Cuando buscas un productor con quien trabajar necesitas tener suma y profunda confianza con esta persona. Nosotros disfrutamos mucho, compartimos visión, filosofías, muchas cosas como amigos, como cómplices y es muy bonito porque ya de entrada sabemos que vamos a reír, que vamos a jugar y creo que el elemento del juego es muy importante cuando encuentras un cómplice con quien trabajar y que te va a guiar y llevar de la mano en algún proceso, que eso es un productor realmente, y es muy importante en la parte de poder pasarla bien.

Lo mismo sucedió con los invitados. Primero está el factor de la admiración. Me gusta mucho colaborar desde pensando en esas personas que admiro que siento que tienen mundos de amplia riqueza y que eso le va a nutrir a mi mundo. Para mí las colaboraciones están ahí en el encuentro con Israel Fernández, con Diego del Morao, dos seres que vienen del mundo del flamenco y que accedieron a venir a mi mundo y me llevaron a su mundo, de los hermanos Gutiérrez que son un mundo hermosísimo con mucha riqueza y capas de profundidad y donde la música habla.

Y luego personas como El David Aguilar que también es de mis mejores amigos, más como un hermano, y colaborador ya de muchas canciones que tenemos juntos. Es una amistad muy fuerte con todos ellos y luego la gama de músicos y músicas en el disco. Creo que en mi caso, ya se ha convertido en parte de mi fórmula de trabajo, me gusta rodearme de gente de mucho talento, de mucha riqueza musical y de mucha humanidad. Siento que para poder hacer discos en cinta o grabar tomas completas o ese tipo de desafío que nos planteamos, necesitas gente con mucha apertura y con mucha humildad y soltura, confianza para con ellos y sus mundos y proponer.

Se trenzan mundos, hay de todo: se junta un poco de raíz cubana con raíz oaxaqueña, con raíz veracruzana… Hay un poco de muchos aspectos que al final me hacen escuchar el todo y decir aquí se refleja una mexicanidad de ahora de estos tiempos, por supuesto inspirada en cancioneros de otras épocas como un Agustín Lara o Álvaro Carrillo, como una María Greever… todos estos artistas que han sido parte de mi inspiración y aprendizaje, mis maestros.

Natalia Lafourcade en gira “Cancionera’

Natalia Lafourcade en gira “Cancionera’

Cuándo: 14 y 15 de junio, 8 p.m.

Dónde: The Chicago Theatre, 175 N. State St.

Admisión: $156+

Información: ticketmaster.com

La Voz: Una de las labores de un “cancionero” o una “cancionera” es también contar cantando lo que vive el público, lo que pasa en una sociedad y lo que está pasando. ¿Consideras que eso haces?

Lafourcade: Sí. Siento que esta puesta en escena les rinde homenaje a los cancioneros y cancioneras que fueron leyendas conocidas internacionalmente, pero evoca también a cancioneros y cancioneras que son el cancionero del oficio, el que canta en la calle, en el metro, en la boda, el cancionero de la cantina, del bar… Hay tantos tipos y formas de nombrar y de darle vida a la canción y esto tiene mucho que ver con la llegada de mis 40 años y encontrarme como una cancionera. En esta etapa donde uno se hace preguntas, donde llegan momentos muy existencialistas de [preguntarse] “¿estoy en el camino adecuado?, ¿estoy yendo por buen lugar?, ¿estoy feliz?, ¿estoy haciendo lo que debo hacer?”. Creo que son preguntas importantes que cada cuanto se hace uno desde la intuición y desde la naturalidad que uno va creciendo, la vida nos va madurando, añejándonos, y en este momento, puedo encontrarme y decir: “Qué bonito ser una cancionera y saber que ese es mi servicio al mundo también”. La canción es lo que amo hacer.

La Voz: Esas cuestiones existencialistas se plantean más cuando una mujer llega a una edad en la que la sociedad le dice que ya “no es productiva” y cuando comienza el escrutinio por la edad. ¿Te sucede?

Lafourcade: En mi caso para nada creo en eso y siempre invito a las personas precisamente en este concierto y en el concepto de “Cancionera” a ver que todos tenemos esa flor cancionera dentro del alma que tiene mucho qué ver con la narrativa de este concierto de cómo hay ciertos elementos y símbolos que forman parte del camino no sólo del cancionero, sino del camino de la vida, el camino de humanidad de cómo nos vamos encontrando con aspectos.

Hay un momento del concierto muy bonito que tiene la analogía de cómo cae todo y cómo todo se deconstruye para volverse a construir de cero y yo creo que esa es una de las cosas que los seres humanos atravesamos en la vida no una vez, [sino] muchas veces. Atravesamos esta transformación como esta misma flor que propongo ahí y cómo la naturaleza misma, como el ciclo natural de la vida. Me gusta mucho poder compartir parte de mi filosofía y de las cosas que se han ido asentando y tejiendo en mi forma de ver el vivir, en cómo lo comparto a través de mis canciones.

Me gusta decir de muchas canciones que aunque son mías, la gente se las ha apropiado y las ha hecho parte de sus caminos y de sus vidas, se han convertido en soundtracks [bandas sonoras] de sus experiencias y sus historias y poder encontrarnos. Esa ha sido una de las cosas con las que más me quedo de las experiencias de esta gira, el poder encontrarnos en esos niveles porque el hecho de que no existan tantos distractores y que sea tan íntimo, genera ese nivel como de profundidad y de conexión también. Esa es mi sensación.

Natalia Lafourcade - Cancionera tour (credit Carlos Manuel).jpeg

“Qué bonito ser una cancionera y saber que ese es mi servicio al mundo también”. La canción es lo que amo hacer”. -Natalia Lafourcade.

Carlos Manuel | Proporcionada

La Voz: Has creado para el disco y gira este álter ego de la “Cancionera”. ¿No es más bien una representación de quien eres?

Lafourcade: Sí. Creo que nuestros álter egos nos permiten conocernos mejor, nos permiten quitar barreras, límites y salirnos del marco que nosotros mismos nos podemos construir a través del camino y de sentir que somos una cosa en específico cuando en realidad somos muchas posibilidades y muchas formas de transformarnos, de ser y de continuar hacia adelante. Uno va creciendo y de repente socialmente puede haber cargas.

Es muy importante cuando encuentras aquello que te libera, que te aligera también y que le quita la importancia a todo eso que uno mismo se pone sobre la espalda o que a veces también las circunstancias nos colocan en ese peso y ha sido muy placentero, especial y bonito ver cómo la gente han ido conectando también con esta propuesta. Hay una valentía del público muy fuerte, que valoro mucho en el hecho de que ellos se sienten dos horas a ver un concierto de este tipo en estos tiempos donde claro, los conciertos y la música son espectaculares. Este lo considero un concierto espectacular también pero muy a su manera, por eso me gusta llamarlo “teatro de la canción”. El teatro es otra cosa, el teatro nos hace apagar el celular, apagar el mundo de afuera y entrar en un mundo particular que sucede ahí y eso es lo que pasa con “Cancionera Tour”, sobre todo en el formato.

La Voz: A simple vista de tu discografía hay quien puede pensar que ese aprendizaje viene a partir de tu disco “Mujer divina- Homenaje a Agustín Lara” (2012). Pero la “Cancionera” en ti ya viene desde antes. ¿Lo consideras?

Lafourcade: Claro. Pienso que la “Cancionera” ya viene de una manera muy natural. Eso ha sido lindo, lo agradezco muchísimo. Siempre me mantuve en la búsqueda propia, que es una búsqueda infinita y que ahora después de varios años comprendo que no termina; no terminan las ganas de querer innovar y crecer el mundo de uno y que siempre habrá que explorar (risas).

Eso es mágico y especial, tener con qué entretenerse y esperar los tiempos para saber hacía dónde marca la música. “Cancionera” me marcó a un camino y al acudir a ese camino, recordé cosas, aprendí, me encontré con cosas que tienen que ver con mi momento como mujer más allá que como “Cancionera”, como persona… Es una mezcla de todo. Como siempre, se convierte en algo muy personal y algo que a la vez pretendo y siempre deseo que logre ser universal: que las personas lo puedan tener, lo puedan amoldar a sus vidas, sus historias y que les acompañe bonito.

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