Con mucha frecuencia, los socorristas ven lo peor de la humanidad y, al mismo tiempo, ponen en peligro sus propias vidas. Tienen trabajos que los someten a una gran presión y que pueden cobrarles un alto precio personal, incluyendo el agotamiento profesional, la depresión y el suicidio.
Por eso nos alienta una nueva ley de Illinois, una de las casi 300 nuevas leyes que entraron en vigor el 1 de enero, que exige que las aseguradoras cubran los servicios de salud mental para policías, bomberos, paramédicos y otro personal de emergencia, sin cobrarles deducibles ni exigirles copagos u otros seguros.
Y el beneficio también está disponible para los cónyuges y parejas de los socorristas, como debe ser, dado el costo potencial de un trabajo que es duro en los matrimonios y las relaciones.
A medida que la sociedad pone más énfasis en la buena salud mental, los socorristas —que tienen muchas más probabilidades de presenciar o experimentar traumas que la mayoría de nosotros— merecen que se eliminen las barreras al tratamiento de salud mental.
“Nuestros socorristas han soportado muchas dificultades. Una dificultad que no deberían enfrentar es una barrera al tratamiento de salud mental”, como dijo el senador estatal Michael Hastings, quien a principios del año pasado patrocinó el proyecto de ley, cuando fue aprobado por el Senado de Illinois.
“Pedimos a los socorristas que están constantemente expuestos a situaciones traumáticas y peligrosas para protegernos”, dijo a principios del año pasado el Sheriff del Condado de Cook Thomas Dart, uno de los partidarios de la ley.
“Esta legislación es un paso sólido para ayudarlos”, aseguró.
La necesidad de más servicios de salud mental es especialmente relevante en Chicago, donde más de una docena de oficiales de la Policía de Chicago (CPD, por sus siglas en inglés) han muerto por suicidio desde 2018, lo que se atribuye al estrés en el trabajo.
Y antes de eso en 2017, el Departamento de Justicia de los EE.UU. informó que los oficiales del Departamento de Policía de Chicago tenían un índice de suicidio que era un 60% más alto que el índice en otros departamentos de policía de todo el país.
Justo antes de asumir el cargo el año pasado, el superintendente de policía de Chicago Larry Snelling, dijo que abordar la salud mental de sus oficiales sería una prioridad.
“Necesitamos asegurarnos de que tengamos a los oficiales mejor capacitados y mejor cuidados cuando los enviamos a la comunidad, porque cuando estos oficiales se sienten bien consigo mismos, se sienten bien con su departamento. Cuando se sienten bien con el trabajo que están haciendo, se sentirán bien y maravillosamente con la comunidad”, dijo.
Las nuevas leyes como la que entra en vigencia este año ayudan a los oficiales y otros socorristas de muchas maneras: se les brindan servicios, pero la ley también ayuda a reducir el estigma al reforzar que está bien buscar asesoramiento en materia de salud mental.
Y el público también se beneficia cuando los trabajadores de emergencia, con las increíbles responsabilidades que tienen, están mentalmente sanos.
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Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago