Carta al editor: Los permisos de trabajo para inmigrantes indocumentados están atrasados

Manifestantes se concentran en Congress Plaza en apoyo a la legalización de los inmigrantes indocumentados en octubre de 2021.

Anthony Vazquez/Sun-Times

Como copresidente del Illinois Latino Agenda, coalición que lidera con el audaz compromiso de abogar por las necesidades de nuestra gente, como hija de inmigrantes y como alguien que dirige una organización sin ánimo de lucro al servicio de las comunidades latinas, me he sentido obligado a responder a su reciente editorial, que sugiere que pedir al Presidente Joe Biden que amplíe los permisos de trabajo mediante la libertad condicional es una demanda excesiva.

La mayoría de los trabajadores indocumentados de Illinois son latinos y el 30% de ellos han llamado a Illinois su hogar durante décadas. Mientras que una solución ideal implicaría que el Congreso aprobara una legislación de inmigración transformadora, como señala su editorial —las realidades políticas, influenciadas en gran medida por las recientes directivas del ex presidente Donald Trump, han estancado tal progreso.

No se puede exagerar la urgencia del momento. Supongamos que Biden no actúa para garantizar estos permisos de trabajo y, por consiguiente, pierde las próximas elecciones. En ese caso, corremos el riesgo de volver a las políticas defendidas por Trump, que ha abogado abiertamente por deportar a millones de inmigrantes. Las consecuencias de la falta de acción son nefastas y podrían perjudicar irreversiblemente a nuestra comunidad y a la economía.

No quiero ver vehículos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE, por sus siglas en inglés) circulando por nuestras comunidades y que la gente tenga que temer salir de sus casas o que los niños teman ser separados de sus padres. No se trata de que nuestra comunidad viva bajo ese miedo intensificado, que amplía con mucho la incertidumbre a la que se enfrentan ahora con la falta de permisos de trabajo.

Dado lo que está en juego, no sólo es razonable sino imperativo que el gobierno de Biden actúe con rapidez. Debemos proteger el futuro de aquellos que ya han dado tanto a nuestro estado y garantizar su capacidad para vivir y trabajar sin miedo.

José Muñoz, copresidente del Illinois Latino Agenda y director general de La Casa Norte

Los permisos de trabajo cambiarían vidas

Su reciente editorial sobre la cuestión de la ampliación de los permisos de trabajo a todos los trabajadores indocumentados es una perspectiva que lamentablemente pasa por alto sus profundas contribuciones, los desafíos reales a los que se enfrentan innumerables familias, incluyendo la mía, y la precedencia legal que existe para ampliar los permisos de trabajo.

Mis padres son trabajadores indocumentados que llevan décadas viviendo en Illinois. Son un ejemplo de ética laboral implacable en condiciones difíciles en fábricas y mataderos. A pesar de muchas dificultades, mis padres consiguieron comprar una casa y enviar a sus dos hijos a la universidad, todo sin haber tenido nunca un permiso de trabajo. No tendrán derecho a ningún beneficio de jubilación.

La noción de que defender permisos de trabajo universales es excesivo desestima fundamentalmente las contribuciones y necesidades legítimas de los trabajadores indocumentados que han enriquecido significativamente a nuestras comunidades a través de nuestras contribuciones económicas y nuestra cultura. Pedimos una oportunidad para vivir libres del miedo constante a ser deportados o explotados en el trabajo. Una oportunidad para que por fin se nos trate con dignidad por nuestro trabajo.

Llevamos décadas abogando por la legalización. Cada negativa es una oportunidad perdida para proteger y empoderar a quienes ya han demostrado su dedicación al crecimiento y la prosperidad de nuestra nación.

Su editorial tiene razón al señalar que existe un creciente resentimiento por parte de algunas comunidades de inmigrantes que ven cómo los permisos de trabajo a través de la “libertad condicional” y el TPS se extienden a los recién llegados.

El resentimiento no se dirige a los nuevos migrantes. Se dirige a quienes han tenido el poder de conceder permisos de trabajo a los indocumentados pero han decidido no hacerlo y a la narrativa de que los nuevos migrantes no pueden trabajar sin permisos de trabajo a pesar de que cientos de miles de habitantes de Illinois ya lo hacen desde hace décadas.

Hace doce años, el Presidente Barack Obama dijo repetidamente que no podía hacer nada por los Soñadores (Dreamers), y el 15 de junio de 2012, cuando anunció la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), cambió mi vida con un permiso de trabajo.

Biden tiene el poder de cambiar la vida de todos los trabajadores y permitirles vivir con seguridad. Debe actuar ya.

Eréndira “Ere” Rendón, vicepresidenta, justicia para inmigrantes, Proyecto Resurrección

Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago

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