La Ciudad de Chicago quiere que los pasajeros de Greyhound puedan esperar en el interior de Union Station antes de subir a los autobuses al cruzar la calle, tras el previsible desalojo de la compañía de su terminal del West Loop a mediados de septiembre.
El servicio en la acera del centro de tránsito de la Autoridad de Tránsito de Chicago (CTA, por sus siglas en inglés) en Canal Street y Jackson Boulevard “es probablemente la opción más factible”, pero requerirá que Greyhound ajuste sus horarios a los de la CTA, según declaró el jueves John Roberson, director de operaciones de la ciudad, al Chicago Sun-Times.
El plan no es definitivo. Las negociaciones continúan entre la Municipalidad, FlixBus, propietaria de Greyhound, y la CTA, según Roberson.
El traslado de las operaciones de autobuses al exterior de Union Station permitiría a los pasajeros utilizar los baños de Union Station y el Gran Salón como refugio contra las inclemencias del tiempo, dijo Roberson. Greyhound ya tiene un quiosco de venta de boletos en el interior, dijo.
“Basándonos en lo que hemos visto, creemos que es la mejor opción en este momento desde el punto de vista de la Municipalidad”, declaró.
La opción de Union Station sería una solución a corto plazo, mientras que la Municipalidad busca crear una estación de autobuses de propiedad municipal en otro lugar, dijo.
Roberson respondió a las críticas, incluido el director general de Greyhound, que han dicho que la Municipalidad no está dando prioridad a la búsqueda de un sitio alternativo para la terminal de Greyhound, que maneja alrededor de medio millón de pasajeros al año.
“Desde que Greyhound nos planteó esta situación, hemos participado activamente en examinar una serie de opciones diferentes”, declaró Roberson.
Tom Carney, Comisionado de Transporte de la Municipalidad, dijo que su departamento ha estado trabajando para asegurarse de que se llegue a un acuerdo antes de que Greyhound sea expulsada.
“No es un problema fácil de resolver, pero hay mucho diálogo y trabajo entre bastidores”, declaró Carney al Sun-Times.
Amtrak, propietaria de Union Station, se opuso a la nueva propuesta de utilizar los carriles de la CTA en Jackson Boulevard, alegando que la congestión ha empeorado desde que Canal Street se cerró el año pasado para un importante proyecto de reconstrucción de la ciudad.
“Añadir docenas de autobuses interurbanos a Jackson Boulevard y decir que cientos de usuarios diarios de autobuses interurbanos pueden refugiarse en Union Station a partir del mes que viene son dos sugerencias muy problemáticas que la Municipalidad aún no nos ha presentado”, dijo Marc Magliari, portavoz de Amtrak, en un comunicado.
Greyhound se negó a hacer comentarios. CTA no hizo comentarios de inmediato.
La debacle de la estación de Greyhound comenzó hace tres años cuando la operación de autobuses fue vendida a FlixBus con sede en Alemania, mientras que las terminales fueron vendidas a otro comprador. Greyhound ha ido perdiendo sus estaciones en todo el país a medida que sus contratos de arrendamiento finalizaban, uno a uno, tomando desprevenidas a algunas ciudades.
La Ciudad de Chicago estudió la posibilidad de comprar la terminal ubicada en el 630 W. Harrison St., pero consideró que no era financieramente viable debido a las mejoras necesarias para modernizar las instalaciones, según Roberson. El año pasado, el Departamento de Transporte de la Municipalidad solicitó fondos federales para comprar la terminal, pero no se le concedió la subvención.
“Empezamos a buscar sitios alternativos que pudieran acomodar, logísticamente, el horario y el número de autobuses que Greyhound quería operar”, dijo Roberson. El problema era que no había instalaciones interiores en las aceras que pudieran albergar el número de autobuses, explicó.
Finalmente, la Municipalidad se decidió por la estación de la CTA situada a las afueras de Union Station.
“Entendimos que querían estar cerca de Union Station y de otros medios de transporte”, explicó Roberson. “El reto es que, dentro de esa área, no hay muchos espacios que puedan acomodar las necesidades del servicio de Greyhound. … Y cuando lo analizamos, descubrimos que había algunos conflictos con las horas y horarios del servicio de Greyhound y las horas pico en las que opera la CTA, por la mañana y por la tarde”.
Los defensores del transporte público quieren que la Municipalidad compre la terminal.
La opción de Jackson Boulevard no funcionaría porque provocaría “recortes significativos y cambios de horario indeseables”, según una carta de julio firmada por dos docenas de grupos que instan al alcalde Brandon Johnson a comprar la terminal.
Otro problema es que el Gran Salón de Union Station sólo está abierto a los pasajeros de Amtrak y Metra, según la carta, y cierra a primera hora de la mañana. La congestión del tráfico alrededor de la estación también es un problema.
La compra de la terminal sería la opción más barata a largo plazo, escriben.
“El costo de la compra y rehabilitación de la estación se estima en menos de $40 millones, una pequeña fracción de lo que gastamos regularmente en el tránsito importante, el aeropuerto, y la mejora de la carretera. Esta inversión relativamente pequeña generaría un rendimiento significativo para la ciudad y la región”, se lee en la carta.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago