Laura Pausini regresa con ‘Almas paralelas’

La italiana que en 1994 comenzó a sonar en las radios latinoamericanas con la canción “La soledad” ha sido arropada por la comunidad latina desde entonces. Ella es Laura Pausini y regresa a Chicago casi una década después —su presentación anterior fue en octubre de 2014 en el Chicago Theatre— trayendo un concierto tan íntimo como poderoso.

En “Almas paralelas”, su quinceavo álbum de estudio, hace una reflexión melódicamente profunda; busca conectar con el otro y lo que este siente.

“Es un pensamiento que he querido poner en mi música fijándome más en las almas que en los cuerpos, en la palabra ‘paralelas’. No quiere decir que estamos divididos, sino que cada uno tenemos nuestros sueños y perspectivas; saber compartir las calles con nuestras almas significa encontrar la paz,” dijo.

“Sin embargo, la palabra ‘paz’ está lejana del ser humano. Para mí, el disco es dar una posibilidad a esa palabra tan importante para las relaciones interpersonales”, expresó Pausini en entrevista con La Voz.

Del disco integrado por 16 canciones en las que cada una tiene una reflexión sobre las relaciones, como son los temas “Un buen inicio”, “Frente a nosotros” y “Más allá de la superficie”, el sencillo más reciente es “El primer paso en la luna”, tema donde habla de cómo una relación puede terminar por el simple hecho de que una de las partes no quiere ceder y hacer el primer acercamiento.

Para Laura, que “Vidas paralelas” tenga tanto mensaje reflexivo sobre la condición humana, es una continuación de lo que ha cantado y escrito desde hace 30 años en sus primeros temas, pero también porque este es su disco posterior a la pandemia, que como a muchos, le dio la oportunidad de reflexionar y pensar en los otros.

“La cotidianeidad se acerca más a hablar de violencia; sigue habiendo división y poca esperanza y por eso el disco está lleno de mensajes de esperanza. A mi manera, en mi pequeño mundo, quiero dejar y dar un mensaje de esperanza a la humanidad”, agregó.

En “El primer paso en la luna” hace una referencia poética a las relaciones que prefieren terminarse sin hacer acercamientos. “No se cambia a una persona como se cambia a un objeto roto. Se puede charlar, dar la posibilidad de encontrar un punto de encuentro y no tirar a la basura algo tan importante”, destacó.

Como una persona que gusta del contacto humano en el sentido de realmente conectar con el otro y no de manera superficial, reencontrarse con su público como parte de su gira mundial con la que ya se presentó en ciudades de Europa y Latinoamérica y que comenzó en Estados Unidos el pasado 21 de marzo.

“Lo siento así. Todas las noches vivo emociones diferentes porque las vivo según las personas que tengo enfrente. Veo caras y personas diferentes y no sólo es música, es un contacto verdadero. Hago subir personas al escenario. Para mí ese contacto físico, esos encuentros, es mi manera de ser y de amar”, dijo.

Por eso no sólo es una velada donde canta, es un espectáculo personal. Con las canciones que tiene en sus 30 años de carrera que le han permitido ser parte de la historia de muchas personas, es que en el escenario de esta gira comparte las anécdotas detrás de las canciones, como contar qué pasó con Marco, al que le dedicó el tema “La soledad”. También incluye visuales para acompañar cada canción donde presenta a los protagonistas de cada una.

Y cada noche, da una sorpresa.

“Agrego una canción al set list que no se esperan. Ya la lista de las canciones de la gira está publicada pero en cada lugar hay algo distinto porque, aunque estamos en un concierto en un lugar grande, es lindo crear una situación como si fuéramos invitados todos en el cuarto de una casa y crear una situación muy familiar”, detalló.

Con eso crea un verdadero viaje de recuerdos con el público latinoamericano y latino en Estados Unidos.

En Latinoamérica la música de Pausini se escuchó primero en México, país al que reconoce y agradece parte de su éxito, así como al público latino.

“México ha sido una de las cosas más importantes en mi vida. México me abrió las puertas en Latinoamérica y Norteamérica, no sólo fue la canción; nos ha acercado a ser algo más familiar, más personal.

“Las canciones viejas no las canto por cantar, las canto porque las sigo sintiendo de la misma manera que el público, como algo personal, me han hecho sentir adoptada por los latinos; creo que el público entiende que mi cariño va más allá de las canciones, que realmente estamos conectados por nuestra manera de ser”, confesó.

Treinta años después, con más de 20 discos, giras, encuentros y reconocimientos como el de ser nombrada “Persona del Año” por la Academia Latina de la Grabación en los premios Grammy Latinos, mucho ha cambiado en su vida.

Pero al ella comparar a la Laura de 1994 a la del 2024, hay algo que no cambia. “Puedo decirte que lo que tengo en común con ella, con esa Laurita de 18 años, es la curiosidad, que era algo que tenía miedo de perder y no la he perdido. Ser curioso te hace sentir vivo”.