Reducir el límite de velocidad a 25 mph podría hacer ‘una diferencia radical’ en las muertes de tráfico

El límite de velocidad en esta sección de West Roosevelt Road, cerca de South Damen Avenue en el lado oeste, es de 30 mph ahora, pero el Concejo Municipal de Chicago está considerando si se debe reducir a 25 mph.

Ashlee Rezin/Sun-Times

Cientos de vidas en Chicago se salvarían de accidentes de tráfico cada año si la Municipalidad redujera su límite de velocidad establecido por defecto de 30 mph a 25 mph y tal medida no tendría como objetivo intimidar a los conductores con más multas, dijeron funcionarios de la ciudad el miércoles.

El concejal Daniel La Spata (1º), presidente del Comité de Seguridad de los Peatones y del Tráfico del Ayuntamiento, aceleró la conversación durante una audiencia temática sobre si Chicago debería seguir a otras ciudades grandes que han reducido los límites de velocidad para abordar el aumento de las muertes de tráfico en todo el país durante la última década.

Todavía no se ha presentado ninguna ordenanza al concejo, pero La Spata y varios colegas que hablaron durante la audiencia del miércoles sugirieron que estarían abiertos a dar luz verde a una reducción de la velocidad en toda la ciudad.

La cifra de víctimas mortales en las carreteras de Chicago alcanzó su punto más alto con más de 180 muertes en 2021 y ha disminuido desde entonces, pero el año pasado se registraron al menos 115.

“Esta legislación no recupera esas vidas, pero inicia una conversación sobre una legislación que potencialmente podría salvar cientos de vidas en Chicago durante la próxima década”, dijo La Spata.

Los límites de velocidad se han reducido a 25 mph en algunos corredores de la ciudad, pero en la mayoría de las vías de la ciudad el límite máximo es de 30 mph.

Reducir esa velocidad por tan sólo 5 mph puede no parecer mucho, pero “un poco puede ayudar mucho a gestionar la velocidad”, según Vig Krishnamurthy, subcomisario del Departamento de Transporte de la Ciudad.

Krishnamurthy destacó que los estudios demuestran que las probabilidades de que un peatón sobreviva a un atropellamiento por un vehículo que circula a 25 mph son cinco veces mayores que las de una persona atropellada a 36 mph.

Además de reducir los traumatismos por objeto contundente, los límites de velocidad más bajos suponen “una diferencia muy notable” al aumentar el tiempo de reacción de los conductores y la distancia de frenado, según Audrey Wennink, directora senior del Consejo de Planificación Metropolitana.

“Si los vehículos circulan a 20-25 mph, se necesitan 85 pies para detener el vehículo, pero a 30 mph, son 120 pies”, dijo Wennink.

En otras ciudades que han reducido los límites a 25 mph —como Nueva York, Los Angeles y Washington D.C.— se ha demostrado que el “peor exceso de velocidad” de los conductores que van a 40 mph o más disminuye más del 50%, según Krishnamurthy. Y la mayoría de los conductores prestarían atención a este cambio, añadió.

“La conducta vial es como cualquier otra conducta social: Cuando todos reducimos un poco la velocidad y creamos un modelo del modo en que queremos que funcionen nuestras calles, se produce un movimiento de todos hacia la dirección que queremos”, afirmó.

El Comisionado del Departamento de Transporte de Chicago, Tom Carney, señaló que “existen retos” para cambiar el límite de velocidad, concretamente el cambio de cientos de señales de tráfico en toda la ciudad.

“Estamos comprometidos a trabajar con el Concejo Municipal y otros departamentos de la ciudad y organismos pertinentes para hacer el trabajo pesado necesario”, dijo Carney.

El concejal del lado sur David Moore (17º) dijo que no se oponía a una posible ordenanza, pero cuestionó si la policía de Chicago tiene los recursos para hacer cumplir un límite más bajo.

También dijo que la Municipalidad debe dar prioridad a la infraestructura para mejorar la transitabilidad en los vecindarios del sur y del oeste, donde los funcionarios dicen que los residentes negros tienen casi cuatro veces más probabilidades de morir en accidentes en comparación con los blancos de Chicago.

“Quiero asegurarme de que todo el dinero que utilicemos se destine en primer lugar al desarrollo, y después podremos empezar [con el exceso de velocidad]”, dijo Moore.

El interventor municipal, Chasse Rehwinkel, dijo que “las multas y las cuotas están pensadas para cambiar el comportamiento. No están destinados a ser una ayuda fiscal a la Municipalidad de cualquier manera, y nuestras políticas, tenemos la intención de asegurarnos que se apegan a esa meta”.

Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago

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